Esta semana os presento un nuevo "reto" en el que me he metido, la verdad, que estas cosas me encantan, se aprende muchísmo, y se conocen muchos blogs preciosos. En este caso se trata de el Asaltablogs, una idea del blog Gastroandalusí, que nos convierte en ladronzuelos por un día, y nos hace meternos en casas ajenas a robar recetas riquísimas.
En esta ocasión el blog asaltado ha sido Hoy cocina vivi,
si no lo conocéis os animo a que le hagáis una visita porque tiene
muchísimas recetas, pero muchísimas, tanto dulces como saladas y a cada
cual más rica.
Entre tantísimo tesoro no sabía que llevarme hasta que me
encontré con esta receta de casadielles, y supe que no había opción,
como buena asturiana que soy tenía que prepararlas, además, era una
cuestión de orgullo personal,porque tengo que reconocer, con mucha
verguenza, que nunca las había hecho.
Las casadielles o casadiellas son un dulce muy típico
asturiano que se prepara sobre todo en navidad,carnaval o fiestas
locales y que consiste en una especie de empanadilla rellena de una
mezcla de nueces,anís y azúcar.
Existen dos versiones, una de masa de trigo que se
rellena y se frie otra versión con masa de hojaldre que se hace al
horno, en este caso la receta de vivi es de la versión frita, que además
es la que preparaba siempre mi abuela.
He seguido su receta
casi al pié de letra, sólo he hecho dos modificaciones, por un lado he
sustitudo la manteca de cerdo y la margarina por mantequilla porque era
lo que tenía en casa, y por otro lado he sustituido una parte de las
nueces del relleno por almendras, esto es un secreto que usaba mi abuela
cuando las preparaba y a mi me encantaban.
Tengo que decir que han quedado riquísimas, la masa es muy suave y queda un poco esponjosa, el contraste con el relleno húmedo es increible, he vuelto a la infancia completamente!!
La semana pasada tuve un tremendísimo antojo de cookies, y yo, cuando tengo un antojo, no hay excusa que valga, me da igual que sea pleno agosto y haga un calor tremendo, quiero cookies y quiero cookies, con un vasin de leche fría....si, si, había que encender el horno.
La verdad que he probado bastantes recetas de cookies diferentes, con
nevera, sin nevera, con azúcar moreno, con azúcar normal, y todavía no
había encontrado mi media cookie, esa a la que serle fiel toda la vida,
así que cuando conocí esta receta, empezamos a tontear y una cosa llevo a
la otra y al final la tuve que preparar. Pero además a
mi no me valía con que llevara chocolate no, yo tenía que "mejorarla" y
se me ocurrió añadirle dulce de leche, si, ya lo se, la operación
bikini no quiere ni verme, pero bueno, si lo pensáis bien el
verano ya casi está superado, no se nos va a enfadar el bikini a estas
alturas.
Y lo que empezó como un rollito de una noche ha terminado convirtiéndose en un amor para siempre, puedo decir que he encontrado la cookie de mi vida, por la que estoy dispuesta a sacrificar el bikini y lo que haga falta, si la probáis os enamoráis fijo!! El ingrediente estrella de esta receta es la mantequilla marrón, en esta entrada os explico como se prepara, es muy sencillo y tiene un sabor muy peculiar que a mi me encantó, quedan unas cookies un poco mas oscuras que con otras recetas, pero la mezcla de la capa superior crujiente con la capa interior de dulce de leche es de locura!!
NOTAS Los huevos deben estar también a temperatura ambiente cuando los
añadamos a la mezcla de mantequilla, si no es así podrían cuajar y la
mezcla quedaría como cortada, si nos ocurre esto lo mejor es esperar un
poco a que se caliente y volver a batir hasta que todos los ingredientes
estén integrados. Una forma rápida de calentar los huevos, si se nos olvida sacarlos de la nevera, es meterlos un rato en un vaso de agua caliente. La mayoría de las recetas de cookies llevan una mezcla de azúcares, azúcar moreno, que da un sabor mas intenso y gracias a su mayor humedad aporta suavidad a la galleta, y azúcar blanco, que favorece la formación de una corteza crujiente. Variando las proporciones obtendremos una galleta mas crujiente o mas chiclosa. La sal potencia el sabor del chocolate, yo suelo echar unas escamas de sal maldom por encima de las bolas de masa justo antes de hornearlas. La cantidad de harina de esta receta es orientativa, depende un poco de las condiciones ambientales y de la harina utilizada, habrá que ir añadiendo harina a la masa hasta que esta no se quede pegada en los dedos, aunque debemos tener una masa blanda y quebradiza. Si al hornear las galletas quedan demasiado "desparramadas" es que no hemos quedado cortos de harina.
Este mes, al contrario de la mayoría de los mortales,yo tengo más trabajo que nunca, por eso la semana pasada no he podido publicar.
Pero esta semana aquí estoy, y os traigo una delicia riquísima que surgió por casualidad, si,si, estas trufas que os enseño hoy y que, os puedo asegurar que están buenísimas, surgieron de un desastre reposteril, de una tarta de queso chuchurría que me miraba con cara de pena mientras yo amenazaba con tirarla a la basura.
Pero bueno, empecemos por el principio,
hace unos dias una amiga me habló de una tarta de mojito con la que había triunfado en casa y
me pareció una idea genial, le pedí la receta,le dije que iba a probarla y me dió su permiso para publicarla
aquí, así que me puse manos a la obra.
La cosa era sencilla, base
de galletinas, mezclar el resto de ingredientes y al horno, pero se me
olvidó un tema fundamental, no le pregunté a mi amiga el tamaño del
molde que utilizaba ella, y claro, cuando me puse a echar la mezcla de
queso, me di cuenta de que mi molde era demasiado grande para las
cantidades de la receta, la capa de queso era casi mas delgada que la de
galleta, en ese momento pensé en sacar la mezcla y hacer más cantidad,
pero no tenía ingredientes
suficientes en casa,y tampoco tenía ningún molde desmontable más pequeño para cambiarlo, así que lo metí para el horno, ya concienciada de
que aquello iba abocado al fracaso.
Y efectivamente,
así fué, cuando abrí el horno, allí estaba ella, mirándome con ojitos de
cordero degollado, diciéndome eso de que la belleza está en el
interior, y era verdad, de sabor estaba buena, pero era fea,fea, además,
la proporción de galleta era enorme, vamós, que casi era una tarta de
galleta con una fina capa de queso. Y en estas estaba yo, pensando como podía maquillar aquel desastre, cuando me encontré con estos cakepops de Sprinkle Bakes,
y vi la luz, la miré fijamente y le dije..prepárate que vamos a ponerte
guapa, y vaya que si lo conseguí, mi catador se quedó con la boca
abierta, el contraste de la acidez del ron y la lima con el chocolate
hace de estas bolitas un pecado, de hecho no duraron ni un
suspiro...Animaros a probarlas!!
NOTAS: En este caso yo no les puse palito porque no quise complicarme más, si queréis ponérselo mojarlo con el chocolate derretido y clavarlo en las bolitas, dejarlo enfriar en la nevera hasta que se solidifique el chocolate para que así no se os "suiciden" a la hora de bañarlas. Si vais a dárselas a los peques podéis suprimir el ron, además, puede ser un entretenimiento muy divertido dejar que ellos preparen las bolitas.
Con esta receta salen aproximadamente 16 trufas. Yo metí las bolitas en el congelador para comerlas bien frías y están buenísimas, por eso en las fotos salen como húmedas.
Hoy es 25 de Julio, así que toca receta del círculo dulce de whole kitchen, y este mes reconozco que,cuando vi la receta, me entró un poco de mieditis,conocía el postre, pero nunca lo había preparado y lo de hornear helado y que quedara decente no lo veía yo muy claro. Whole Kitchen en su propuesta dulce para el mes de Julio nos invita a preparar:
BAKED ALASKA
El Baked Alaska, también conocido como Tortilla Sorpresa o Tortilla Noruega, es un postre formado por helado con una base de bizcocho que se cubre de merengue y se hornea.
Y yo me preguntaba:¿como voy a hornear un helado?, pues parece ser que la clave está en que la clara de huevo es muy mala conductora del calor, lo que unido al corto tiempo necesario para dorar el merengue, hace que el calor no llegue al helado y este no se derrita.
Existen muchas dudas sobre el origen real de este postre. Hay versiones que indican que se originó en China, otros opinan que fue en Estados Unidos y otros que fue Francia.
La versión estadounidense situa el origen de esta delicia en un helado envuelto en una masa caliente que se sirvió en un banquete en la Casa Blanca durante la presidencia de Thomas Jefferson, en 1802.
Por otro lado, se dice que fué el físico Benjamin Thompson Rumford quien, en su interés por demostrar la resistencia al calor de las claras de huevo batidas,creó un postre muy similar al baked alaska que denominó "Tortilla Sorpresa".
Los franceses, por su parte, aseguran que fue Balzac quien lo introdujo en el páis gracias a un chef chino que le enseñó a preparar un helado envuelto en hojaldre crujiente que poco a poco fué derivando en la envoltura de merengue.
En 1895 el Chef del Hotel París de Montecarlo, bautizó al Baked Alaska como Omelette a la norvegienne, lo que hizo que este postre se hiciera popular en Europa.
Para esta versión yo me he decantado por una base de brownie y un helado de frutos rojos y he decidido presentarlo en vasos individuales porque me páreció que sería mas sencillo de montar y de conseguir un resultado aceptable, además, en casa somos sólo dos y tengo que intentar hacer versiones chiquititas de estos dulces porque si no nos vamos a poner tremendos..
NOTAS: Tanto la base, cómo el sabor del helado son totalmente personalizables, podéis usar los que mas os gusten. La mermelada es opcional y podéis sustituirla por chocolate,puré de frutas, o lo que se os ocurra. Es muy importante que cubráis bien el helado con el merengue, el calor no debe llegar nunca al helado. Por lo mismo, también es importante no pasarse con el tiemo de horneado, simplemente esperar que se doré el merengue y retirar, es cuestión de minutos. Para comprobar que el almíbar está en el punto justo retiramos el cazo del fuego, cogemos una cucharadita de almíbar y la dejamos enfriar uno segundos, al tomar el almíbar entre los dedos índice y pulgar debe poder formar una bola. A la hora de montar los vasitos hay que trabajar con rapidez, así que es mejor que intentemos tener todo a mano para evitar que al helado le de tiempo a derretirse demasiado.
Tengo que reconocer que siempre he sido un poquito "culo veo, culo quiero", y tanto ver helados por todos vuestros blogs, me entraron un montón de ganas de preparar uno...o unos cientos!!
Además, estos calores que estamos pasando hacen que nos apetezca algo fresquito a todas horas, eso no quiere decir que le vaya a dar vacaciones al horno, de eso nada,pero, a partir de ahora, vereis unas cuantas recetas heladas por aquí.
Hace dos semanas no tenía ni la mas remota idea de como se hacía un helado, es mas,pensaba que sería necesario una heladera o algun ingrediente complicado de conseguir, pero nada más lejos de la realidad, investigando un poco por la red encontré un montón de recetas y consejos para preparar riquísimos helados caseros, incluso sin heladera. Una vez conocida la técnica mi cabezita empezó a maquinar un sabor para estrenarme en el mundo heladeril,las posibilidades eran infinitas: frutas,chocolate,galletas,queso,queso,queso....vale, vale, empecé a ver helados de mascarpone y se me hacía la boca agua, pero entonces se cruzó en mi vida el grandísimo Ferrán Adriá y su parmesano helado y ahí ya no pude pensar en otra cosa...me rechifla el parmesano, y la idea de comerlo con textura helada me parecía genial...si, si, definitivamente mi primer helado iba a ser salado.
El parmesano es un queso italiano de pasta dura hecho en su totalidad con leche de vaca, normalmente se consume muy curado y es muy famoso en su tierra natal, donde lo consideran el "rey de los quesos", tiene un sabor muy característico, bastante fuerte, que a mi, personalmente me encanta. Este helado puede ser un aperitivo original y muy sabroso con el que seguro que sorprendereis, tiene un sabor profundo a queso y se deshace en la boca,además, es sencillísmo de hacer y requiere de muy pocos ingredientes, vamos, que no tenéis excusas para no probarlo.
Con los calores que estamos pasando y yo os propongo que encendáis el horno, no, no estoy loca, os aseguro que el esfuerzo valdrá la pena, esta tarta es una de las mejores que he preparado hasta la fecha.
Los pistachos son mi fruto seco preferido, recuerdo que de pequeña mi padre nos los compraba a mi hermana y a mi para que los comiéramos mientras él veía los partidos, así, entre que les quitábamos la cáscara y demás, estábamos un buen rato entretenidas. Tengo un montón de recetas con pistachos, pero al final, por una cosa o por otra siempre termino dejándolas aparcadas, hasta esta semana que, ordenando unos armarios, me encontré con un arsenal de bolsas de pistachos y hubo que darles salida, unos cuantos me los comí(bueno vale, me comí muchísimos) y para el resto decidí que ya era hora de preparar algo.
Buscando entre las recetas que tenía encontré esta del blog Candiatelier y me pareció perfecta la idea de mezclar el pistacho con chocolate blanco, además tenia unas cuantas tabletas de chocolate blanco que había comprado hacía unos días, así que ya no había excusas.
Adapté un poco la receta para incluir los pistachos picados, en lugar de la pasta de pistacho, y modifiqué las cantidades de azúcar para incluir azúcar moreno,podría contaros que esto último lo hice para dar otro toque a la receta, pero la verdad es, que cuando ya tenia todo listo, me di cuenta de que no me quedaba azúcar blanquilla suficiente, así que tuve que mezclar las dos, aumentanto un poco la cantidad final porque el azúcar moreno no es tan dulce.
Con la repostería hay que tener mucho cuidado y seguir las recetas al pié de la letra, pero yo muchas veces no lo hago, para que os voy a mentir, unas veces acierto, como en esta ocasión, y , otras veces la receta acaba en desastre, pero me encanta probar cosas, creo que es como mejor se aprende.
Para acabar de completar la receta le añadí un poco de mermelada de cerezas entre cada capa de la tarta, para darle un punto de acidez a la receta y contrarestar el dulzor del chocolate blanco que puede llegar a ser un poco empalagoso.
NOTAS:
Para hacer la buttermilk podéis mezclar 125ml de leche entera con una cucharadita de limón o de vinagre y dejais reposar 10 minutos, al cabo de ese tiempo tendrá aspecto de leche cortada, no os preocupéis, debe estar así, aunque os pueda parecer raro, le da una textura increible a los bizochos, yo desde que la descubrí, la uso para casi todos los bizcochos que hago. Es muy importante que la mezcla de chocolate y nata esté muy fría antes de preparar la crema, pues, en cierta manera, lo que vamos a hacer es "montar" esa nata chocolateada para que nos quede una crema con consistencia de manga. Yo fuí muy impaciente y por eso en las fotos podéis ver que quedó más bien con textura de crema pastelera, riquísima, eso si, pero demasiado "floja" para usarla con la manga. Si os pasa lo que a mi, y os puede la impaciencia, una vez que hayáis montado la crema, meterla en la nevera a enfriar un poco para que coja algo de cuerpo. En este caso, como veis en los ingredientes, yo no he mojado el bizcocho con ningún almíbar, queda bastante húmedo por si sólo y a mi me pareció que no era necesario, pero si queréis podéis "emborracharlo" con un almíbar de licor de cerezas, por ejemplo, o con lo que más os guste. Con esta receta participo en el concurso del mes de julio de La Cuinera.
Aquí estoy con nueva receta,esta vez traigo un postre de esos facilones pero que sorprenden y te hacen quedar estupéndisimamente.
Hacía mucho tiempo que tenía en pinterest estos cuencos de chocolate de Bakerella, cuando los vi me pareció una idea genial, son rápidos de hacer y muy vistosos, además, odio fregar los platos, así que me parece perfecto eso de comerse el recipiente en cuanto acabas el postre.
A la hora de escoger el relleno las posibilidades son infinitas (helado, fruta..) , en este caso yo escogí una crema
de limón,me pareció que era el contrapunto perfecto para la contundencia del
chocolate.
Cuando ya estaba empezando a cocinar me acordé de que tenía una caja de frambuesas en el congelador y no me pude resistir, me encanta la mezcla de frambuesas y limón, es una pareja que veréis muy a menudo por aquí.
Así que juntando todo este batiburrillo surgió este postre que os puede ayudar a salvar una cena con amigos, un reunión infantil(y que los cuencos los preparen ellos..lo van a pasar genial), o por qué no, daros un homenaje y animar una comida cualquiera.
NOTAS:
Yo utilicé globos normales y los cuencos quedan muy grandes, es muy difícil comérselos sin reventar, bueno, mi catador lo consiguió, pero creo que todavía le duele la barriga al pobre del empacho, mejor utilizar globos de estos de agua, que son más pequeños.
No hinchéis mucho los globos , si no, al explotarlos, el chocolate puede saltar en pedazos.
Para evitar, precisamente, que acabemos con chocolate por toda la cocina, hay que explotar los globos clavándoles un alfiler lo más cerca posible del nudo y con mucho cuidado.
Si no tenéis spray desmoldante (igual se puede sustituir por un poquito de mantequilla, pero yo no lo he probado) o se os olvida echarlo, como me paso a mi, y se os pegan los globos, yo moje las manos en un poco de agua caliente y froté con mucho cuidado el cuenco por dentro para que se derritiera un poco el chocolate y así poder ir quitándolos poco a poco, de todas formas, un par de ellos no superaron la operación y acabaron en la basura.
Cuando me enteré por primera vez de la existencia de los círculos de Whole Kitchen estuve varios días pensando si unirme o no,por un lado, me daba algo de miedo el tema de empezar un blog, pero por otro,me parecía una manera estupenda de aprender preparando recetas que, de otra forma, no haría.
Al final, como veis, me he lanzado y esta receta es un ejemplo perfecto de lo que os comentaba, no la conocía y seguramente no se me hubiera ocurrido prepararla,las proporciones de harina y azucar me hacían pensar en una de masa compacta y casi salada,pero, después de probarlo, os puedo decir dos cosas, primero,una vez que sale del horno, el bizcocho, efectivamente, no es dulce(mi cabecita ya está maquinando un savarin con acompañamiento salado) , y segundo, una vez que lo bañas en el almíbar y lo dejas reposar... mmmmm cambia completamente, queda un poco crujiente por fuera y con un sabor citrico increible..me ha encantado.
El savarin es un postre clásico de la repostería francesa que debe su nombre a Brillant-Savarín,gastrónomo autor de "La filosofia del gusto". Se trata de una masa fermentada que se baña generosamente en un almíbar de licor y que se hornea en un molde en forma de corona, en cuyo centro colocaremos, a posteriori, nata, crema, frutillas o lo que más nos guste. En este caso yo me he decidido por utilizar una crema de nata y rosas que, mezclada con el sabor del almíbar, da como resultado toda una amenaza contra nuestras operaciones bikini.
Whole kitchen en su propuesta dulce para el mes de junio nos invita a preparar un clásico de la cocina francesa: SAVARIN
Para adornar esta receta he utilizado una idea que vi en el libro "Repostería" de Christophe Felder(ya os hablaré con más de talle de este libro porque es un imprescindible), pétalos de rosas critalizados, son sencillísimos de preparar y quedan muy vistosos. Para hacerlos sólo necesitais pintar unos cuantos pétalos de rosa con clara de huevo y "rebozarlos" en azúcar, despues los dejais secar toda la noche y voilà..
NOTAS:
Para montar la nata el secreto es que tanto la nata como el recipiente y las varillas deben estar muy frios, yo los meto unos minutos en el congelador antes de empezar.
Es importante también no pasarse batiendo para no convertir la nata en mantequilla, cuando añadimos la pasta de rosas hay que hacerlo con mucho cuidado y batir lo mínimo para mezclarla.
En cuanto a la cantidad de pasta de rosas a añadir, yo fuí una miedica y añadí solo una cucharadita pensando que igual quedaba muy fuerte y me quedé algo corta de sabor, así que, ir probando y añadiendo sin miedo hasta que encontréis vuestro punto.
La pasta de rosas que yo usé es la de Home Chef, está buenísima, es que sabe como huelen las rosas, no puedo explicároslo, tenéis que probarla.